Inteligencia Artificial para Pymes
La irrupción de la IA tanto en el ámbito empresarial como en el social y personal ha generado un tsunami de reacciones con un marcado dualismo.
Una encuesta llevada a cabo por el centro de Investigaciones Sociológicas de España (CIS) arroja información sumamente reveladora para comprender los miedos arraigados en la sociedad. Por un lado el 75,5% de los encuestados confirma que la incertidumbre es el principal sentimiento que les evoca la IA. Más de la mitad (56%) piensa que la IA supondrá más perjuicios que beneficios al mercado laboral. También se plasma el miedo a que la Inteligencia Artificial puede ser utilizada para difundir desinformación y bulos (86,9%) o usarse para cometer delitos o actos ilegales (80,6%).
La irrupción ha sido tan rápida que, como suele ser habitual, aún existe mucha desinformación al respecto. De hecho la mayor parte de los juicios son emitidos sobre los chatbot de inteligencia artificial, y no sobre las herramientas que se aplican en el ámbito profesional de las empresas.
En España hay casi 3 millones de Pymes y en México casi 5 millones y medio, siendo en ambos marcos geográficos el tipo de empresa mayoritario. Para tratar de hacer un poco de luz hemos conversado con Ibon Orrantia Etxebarria, co-autor junto a Oiane Etxebarria Tobías, del libro Inteligencia artificial para Pymes centrándonos especialmente en la funcionalidad que puede tener la Inteligencia Artificial en la productividad de las pequeñas y medianas empresas.

Esperamos que el debate sirva para aclarar dudas, deshacer prejuicios y aportar ideas a los empresarios que buscan incorporar la Inteligencia Artificial a su ámbito laboral.
Desde hace más de 20 años -casi desde su nacimiento- se viene anunciando el ocaso del SEO. ¿Quizá estamos viviendo el momento de mayor transformación en las SERP con el click cero y los resultados de la IA, no?
Totalmente. Creo que estamos en el mayor punto de inflexión desde que existe Google. El comportamiento de búsqueda está cambiando radicalmente con la irrupción de los resultados generados por IA. Cada vez hay más búsquedas que se resuelven sin hacer clic en ninguna web y eso obliga a las empresas a replantearse cómo atraer tráfico y visibilidad.
El SEO tradicional no desaparece, pero deja de ser suficiente. Ahora entra en juego algo mucho más amplio: la optimización de la información que consumen los modelos de IA y cómo posicionarnos como fuente fiable en ese nuevo contexto. Las empresas deben entender que no solo hay que posicionarse para Google, sino también para los asistentes inteligentes que van a mediar en la relación con el cliente.
Entremos en materia de la Inteligencia Artificial. ¿Qué dirías que aporta la IA a las Pymes en este contexto que vivimos?
La IA supone para las pymes lo que fue la electricidad para la industria: una tecnología transversal que cambia la forma de trabajar en todos los procesos.
En un entorno cada vez más competitivo, la IA permite hacer más con menos: automatizar tareas repetitivas, mejorar la experiencia del cliente, tomar decisiones más informadas con datos o incluso abrir nuevas líneas de negocio.

Hasta hace muy poco, esto parecía reservado a grandes corporaciones, pero hoy existen herramientas accesibles y soluciones adaptadas que hacen que una pyme pueda beneficiarse igual o más que una gran empresa, precisamente por su agilidad.
Uno de los principales miedos de las Pymes es el precio y productividad de aplicar la IA. ¿Es un miedo justificado?
Es un miedo comprensible, pero hoy ya no es real. Hace cinco años, implantar IA podía requerir grandes inversiones, pero ahora muchas soluciones se ofrecen en la nube, por suscripción, o incluso integradas en herramientas que las empresas ya utilizan. Además, el retorno suele ser rápido. Un asistente que ahorra 4 horas al día en tareas administrativas, o un algoritmo que reduce un 15 % el desperdicio en la cadena de suministro, se amortizan en semanas o meses.
La clave está en empezar por proyectos con impacto tangible y escalables, no en intentar construir “la IA definitiva” desde el día uno.
En el libro que habéis escrito el enfoque prima la comprensión. ¿Era necesaria una óptica cercana?
Yo creo que sí. La inteligencia artificial sigue viéndose como algo complejo, lejano o reservado a las grandes tecnológicas. Existen muchos mitos alrededor de ella y, a menudo, el exceso de tecnicismos solo contribuye a aumentar esa sensación de barrera. Por eso decidimos escribir un libro con un enfoque completamente práctico y accesible, pensado para que cualquier directivo o empresario pueda entender, sin necesidad de conocimientos técnicos, qué puede aportar la IA a su organización y cómo empezar a aplicarla desde hoy.
La idea era ofrecer una guía clara y útil, que tradujera la tecnología al lenguaje del negocio con ejemplos reales, casos de uso, consejos y un plan paso a paso para desplegar soluciones de inteligencia artificial con éxito.

A grandes rasgos, ¿Cuáles son los beneficios de aplicar tecnologías de inteligencia artificial?
Los beneficios son numerosos y, sobre todo, muy tangibles. La inteligencia artificial permite a las empresas ser mucho más eficientes, automatizando tareas repetitivas, reduciendo errores y liberando tiempo que puede dedicarse a actividades de mayor valor. También mejora la capacidad de análisis y de toma de decisiones, ya que transforma grandes volúmenes de datos en información útil y accionable.
Otro de sus grandes aportes es la mejora de la experiencia del cliente: gracias a soluciones como asistentes virtuales o recomendaciones personalizadas, las empresas pueden ofrecer un servicio más cercano, ágil y satisfactorio. Además, la IA abre la puerta a nuevas oportunidades de negocio, mediante el desarrollo de productos y servicios o modelos de negocio innovadores.
En conjunto, todo esto se traduce en una ventaja competitiva clara. Las empresas que adoptan la IA no solo trabajan mejor y más rápido, sino que también son capaces de anticiparse a la competencia y adaptarse con mayor agilidad a los cambios del mercado.
¿Las mejoras de la IA son aplicables en cualquier espectro empresarial?
Sí, prácticamente en cualquiera. No importa el tamaño de la organización ni el sector en el que opere: la inteligencia artificial puede generar valor tanto en una pyme industrial como en un despacho jurídico, una cadena de retail o una empresa logística. Es cierto que se requiere un cierto nivel de madurez digital —contar con datos estructurados y procesos digitalizados facilita mucho el camino—, pero una vez se alcanza ese punto, las posibilidades son enormes.
La clave no está en la tecnología en sí, sino en cómo se alinea con la estrategia del negocio. La IA no es un producto cerrado, sino un conjunto de capacidades que se adaptan a las necesidades de cada empresa. Por eso, la primera pregunta que deberíamos hacernos no es “qué herramienta utilizar”, sino “qué ventaja competitiva queremos reforzar”. Cuando se aborda desde esta perspectiva, la inteligencia artificial se convierte en una auténtica palanca estratégica, capaz de transformar procesos, mejorar márgenes, acelerar el crecimiento o incluso redefinir el modelo de negocio.
¿Percibes desconfianza en las Pymes para dar ese primer paso?
Sí, todavía existe cierta desconfianza, y es comprensible. Muchas empresas perciben la inteligencia artificial como algo complejo o difícil de aplicar en su realidad diaria, y ese desconocimiento suele frenar la decisión inicial. Sin embargo, esa barrera se supera rápidamente cuando se empieza con buen pie.
La clave está en priorizar proyectos pequeños, bien definidos y con impacto visible en el corto plazo. Lanzar pilotos que generen resultados tangibles —como automatizar la generación de presupuestos, mejorar la atención al cliente fuera del horario laboral o anticipar roturas de stock— permite demostrar el retorno de la inversión desde el principio y construir confianza en la tecnología. Una vez se ven los resultados reales, la adopción se acelera de forma natural y la IA empieza a percibirse no como un reto, sino como una oportunidad estratégica.
¿La figura del consultor de IA es importante para evitar una inversión poco efectiva?
Desde mi punto de vista es fundamental. Muchas empresas se lanzan a “probar” IA sin estrategia, y eso suele acabar en proyectos que no aportan valor. El papel del consultor es alinear la tecnología con la estrategia de negocio, priorizar los casos con mejor retorno, acompañar en la gestión del cambio y asegurar que las soluciones sean escalables.
En definitiva, el consultor actúa como un conector entre las posibilidades que ofrece la tecnológia y los objetivos empresariales. Su acompañamiento permite pasar de la experimentación a proyectos con impacto real.
¿Qué servicios concretos ofrece el consultor de IA?
El trabajo del consultor de inteligencia artificial abarca todo el ciclo de adopción, desde el análisis inicial hasta la implantación completa de las soluciones. El primer paso suele ser realizar un diagnóstico detallado de la situación de la empresa, identificando oportunidades concretas y definiendo una estrategia clara con un roadmap realista.
A partir de ahí, el consultor acompaña a la empresa en la selección de las herramientas y proveedores más adecuados. Y, una vez elegidas las soluciones, lidera su implantación y se asegura de que se integren de forma fluida en los procesos existentes, minimizando el impacto operativo y maximizando el valor generado. Finalmente, juega un papel decisivo en la gestión del cambio y en la formación de los equipos, facilitando que la organización adopte la inteligencia artificial con confianza, desarrolle nuevas capacidades internas y pueda escalar su uso de manera sostenible en el tiempo.
En el libro incluyes casos de éxito reales.
Exacto. Queríamos mostrar que la inteligencia artificial no es solo cosa de Amazon, Google o grandes corporaciones con presupuestos millonarios. Incluimos ejemplos reales de pymes españolas que han automatizado tareas, reducido costes o mejorado sus ventas con inversiones razonables y resultados medibles. Eso es lo que más inspira a otros empresarios: ver que empresas como la suya lo están logrando ya.
Por ejemplo, Recircular, una startup vizcaína dedicada a la valorización de residuos industriales, ha transformado su plataforma gracias a sistemas de recomendación e inteligencia artificial generativa que conectan materiales desechados con empresas que pueden reutilizarlos. También está el caso de Hanaley, una agencia de viajes online que ha implementado un asistente conversacional con IA para cualificar leads en tiempo real y aumentar la conversión de visitantes a clientes potenciales. Y otros casos como El jornalero, en el sector agrícola, que ha digitalizado procesos manuales e incorporado IA para optimizar su opertaiva, Addwill, aplicando IA al sector jurídico o Grupo Larrumba.
Existen ayudas públicas para la digitalización, pero ¿las de IA entrarían dentro?
Sí, sin duda. De hecho, en los últimos años las administraciones públicas han impulsado programas específicos que incluyen la inteligencia artificial como uno de los ejes prioritarios dentro de la digitalización empresarial. Iniciativas como Kit Digital o Kit Consulting, financiadas con fondos europeos, contemplan subvenciones para proyectos relacionados con automatización de procesos, desarrollo de asistentes virtuales, análisis avanzado de datos o implantación de soluciones de IA en diferentes áreas del negocio.
Esto supone una oportunidad extraordinaria para las pymes, ya que reduce significativamente la barrera económica de entrada y permite abordar proyectos que de otro modo serían difíciles de asumir. Además, muchas de estas ayudas cubren no solo el desarrollo tecnológico, sino también servicios de consultoría, formación o acompañamiento en la implantación, lo que facilita una adopción más estratégica y con mayores garantías de éxito..
¿Por qué es el momento para introducir IA en las Pymes que van a México?
Porque el mercado latinoamericano, y en particular el mexicano, está creciendo rápido y está experimentando una rápida transformación digital. Esto implica que la competencia también se está intensificando, con clientes más exigentes, y una presión constante por ofrecer productos y servicios más personalizados. En este escenario, la eficiencia y la rapidez y la capacidad de adaptación marcan la diferencia, y la IA permite precisamente eso.
Cuando una pyme da el salto a un nuevo mercado, debe ser capaz de escalar sus operaciones sin disparar sus costes, responder con agilidad a las demandas locales y optimizar desde el primer día áreas críticas como la atención al cliente, la gestión comercial o la cadena de suministro. La IA facilita todo ello al automatizar procesos, anticipar tendencias y ofrecer información valiosa para la toma de decisiones estratégicas.